Manitas, chapuzas, handymens… puedes llamarlos como quieras pero son sin duda, los profesionales todoterreno en las reparaciones del hogar
¿Qué es un manitas?
Los manitas son personas con una habilidad especial para arreglar todo tipo de averías, roturas y reparaciones que puedas necesitar en tu hogar. No necesariamente son especialistas en un solo campo, si no que pueden resolver averías sencillas de cualquier ámbito, ya sea bricolaje, electricidad, fontanería o montaje de muebles, entre otros.
El manitas suele ser amante de los trabajos manuales, mañoso, y muy hábil en el uso de herramientas. No siempre tienes un familiar o amigo que sea manitas, y si tu mismo no sabes solucionar el problema, o simplemente no tienes herramientas adecuadas, necesitarás contratar los servicios de un manitas.
¿Cuándo llamamos a un manitas?
El manitas es un profesional polivalente, por ello, puedes solicitar sus servicios para realizar trabajos muy diferentes, desde colgar cuadros, cortinas o lámparas, hasta arreglar un enchufe o instalar una lámpara; pasando por el montaje de muebles, instalación de accesorios de baño, reparar una cisterna que gotea, una ventana que no sella bien, una persiana estropeada o un grifo suelto, así como pequeños trabajos de albañilería.
¿Por qué elegir un manitas?
Normalmente, se tiende a pensar que contratar un manitas supondrá un presupuestos más económico, aunque esto no tiene por qué ser así. Debes fijarte en las garantías, profesionalidad, referencias y experiencia del profesional y en base a eso, buscar un precio justo.
La principal ventaja de contar con un manitas es que puede resolverte pequeñas averías correspondientes a diferentes oficios, sin necesidad de tener que llamar a varios profesionales distintos especializados en un solo oficio.
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¿Y tú? ¿Eres un buen manitas? Si el bricolaje no es lo tuyo, no has usado un taladro en tu vida y tus destornilladores los compraste en el bazar de tu barrio. Definitivamente tu casa necesita un manitas de verdad.
